Los probióticos y enzimas presentes en la kombucha pueden ayudar a mejorar la digestión y aliviar el estreñimiento, la hinchazón y otros problemas digestivos.

Al fortalecer el sistema inmunológico, la kombucha puede ayudar a prevenir infecciones y enfermedades.

Los antioxidantes presentes en la kombucha, como los polifenoles, pueden ayudar a neutralizar los radicales libres en el cuerpo, protegiendo las células del daño oxidativo y reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas.

El equilibrio de bacterias en el intestino puede influir en la salud mental, y los probióticos de la kombucha podrían tener un efecto positivo en el estado de ánimo y la salud del cerebro.

Contiene ácido glucurónico, que puede ayudar al hígado en la eliminación de toxinas del cuerpo, favoreciendo así el proceso de desintoxicación.

Contribuye a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino, lo que puede mejorar la salud digestiva y fortalecer el sistema inmunológico.

Algunos estudios sugieren que la kombucha puede ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre, lo que puede ser beneficioso para las personas con diabetes tipo 2.

Algunos consumidores informan de mejoras en la salud de la piel después de beber kombucha de forma regular, atribuyendo esto a su capacidad para mejorar la digestión y desintoxicar el cuerpo.

La kombucha es baja en calorías y azúcares, lo que la convierte en una opción refrescante y baja en calorías para aquellos que buscan mantener o perder peso.